Adrián Molina ( Lugo 1990 ), es un boxeador del Team Piña Boxing Club que acumula más de 7 años de prácticas dentro de la disciplina pugilística en la que se matriculó primero en 3 cursos como kickboxer, y luego como boxeador donde ha pasado una docena de reválidas con camiseta.
El próximo sábado 27, este encargado del Taller Galpe de Persianas y Carpintería Metálica, pasará su primer examen en la categoría neoprofesional frente a Alejandro «Sito» Simón de la Escuela de Boxeo Atlántico Brabox 76.
Esa profesión, y la prioridad familiar como padre de Bianca y Nico de 5 y 2 años, aunque nunca le privaron de poder entrenar, no le permitieron disponer de más tiempo para ampliar su número de combates. De hecho, ahora mismo lleva un año sin combatir, aunque él mismo confiesa que, en la que va a ser su primer combate en neoprofesional, va con todo, y confiado en dar espectáculo y poder llevarse la victoria.
Afirma que a sus 34 años le quedan un par de reemplazos, y que de continuar al nivel de entrenamiento que está llevando para este combate, puede y quiere lograr enfrentarse a los mejores de su división de peso.
Como primera alternativa neoprofesional, cruzará guantes con Alejandro Simón, al que solo conoce de referencias, aunque ya tuvo como rival a un compañero suyo del gimnasio Brabox 76 al que, incluso, acudió a hacer sesiones de guantes.
Sobre El Piña comenta que, aparte de entrenador y amigo, lo considera un referente incluso antes de estar con él, pues es historia del boxeo lucense, y le hubiera gustado haber podido coincidir en una velada donde, su ahora entrenador, hubiera combatido.
Como entrenador es una persona que da confianza, está mucho encima, te hace trabajar, esforzarte al máximo. Para él ( su técnico ), nunca es suficiente, se nota que fue un boxeador de los grandes, nos obliga a concienciarnos que entrenando lo hay que dar todo, que siempre hay que dar un paso más.
Además su hijo Nico, un mini torbellino que acude mucho a las instalaciones del Team Piña Boxing Club poniendo el gimnasio guantes para arriba, siente adoración por El Piña y hacen muy buenas migas. Igual que Avelino, otro señor componente de club que está todos los días apoyando y ayudando.
Habla sobre el homenajeado, Miki Sánchez, considerado como una historia viva del boxeo lucense tanto como boxeador, como entrenador. Antes de conocer el boxeo, siendo niños Adrián y sus amigos, ya habian oido hablar sobre él y se sabía quien era por sus logros y por todo. Boxeó con el mejor boxeador de todos los tiempos español Javier Castillejo. Como entrenador, el boxeador cosidera al homenajeado, como un maestro que siempre que viene por el gimnasio a colaborar, va dejando consejos que valen oro.
Y sobre velada desea y espera que, ojalá se cumpla, sea la primera de muchas contando con la presencia y el empuje de esa afición lucense que apoyaba a Alberto en sus tiempos de campeón, porque aquello era una locura.
Está seguro que el evento cuenta buenos e igualados cruces, lo que ya es algo importante, así que considera que el destacado elenco de boxeadores que protagonizarán los combates se sentirán obligados a darlo todo sobre la lona para que la afición lucense salga satisfecha del Municipal Daniel Cordido.
Un encargado de Taller y un sargento de la Armada combatirán por el triunfo en Lugo
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