Crónica retrospectiva para traer al recuerdo antaños eventos durante esta confinación. Cuidaros todos desde casa, y que pronto se pueda escribir sobre nuevos espectáculos boxísticos de actualidad.
El otoño quiso sumarse a la fiesta del boxeo y se adelantó por Arteixo acompañado de una insistente lluvia que sustrajo espectadores al hito histórico del debut de la primera fémina gallega en el boxeo profesional. Aun así, cerca de 500 asistentes pudieron disfrutar de una entretenida noche de boxeo.
En el coqueto Pazo dos Deportes se dieron cita los buenos aficionados al boxeo dejando patente, al observar el ring side, la pluralidad del vestido social de los incondicionales del noble arte. Pudimos observar la presencia de los altos mandos militares de la FLO, autoridades municipales, el presidente del casino coruñés Guillermo Giadanes, empresarios con sede social en el industrial municipio y, por supuesto, gente del boxeo como José Manuel Simón de Melide, Ramón Miras acompañado de su esposa Susana Güimil, la pionera del arbitraje gallego Alicia López Álvarez o el comentarista de la COPE Luis Suárez Santos, quien fundó y dirige el Azteca Box. Se guardó un respetuoso minuto de silencio en recuerdo de las víctimas del fatal accidente del Rali de Carral.
Y dio comienzo la velada con el enfrentamiento entre Lara Trasande del Tae Box Cerceda y Tania Alexandra Vaz Ledesma del Boxing Cidade de Lugo. Mayor envergadura en la púgil de Rubén Remuiñan dominando la distancia, y más atrevimiento de la alumna de Álvarez entrando y dominando en la corta distancia, bajo la atenta mirada de la árbitro Eva Sánchez. Al final decisión de combate nulo.
Vuelve a repetir esquina Rocky Álvarez, para asesorar a Carlos Bao en su enfrentamiento de revancha con Eduardo Torreira, quien le espera en el rincón opuesto dirigido por el organizador del evento Suso Penela. El combate muy disputado y con proliferación de cambios de golpes se decantó a los puntos del lado de Bao, que se llevó la victoria para Lugo.
Buen derbi local entre Yari Pastoriza del Tae Box Cerceda y Manu Trigo del Gimnasio Stadium. El pupilo de Remuiñan quiso, pero no pudo, imponer su boxeo a distancia y el del Stadium, aleccionado por sus segundos Suso y Nacho, supo entrar en la corta distancia para acabar imponiéndose a los puntos después de los 3 asaltos reglamentarios.
Manu Trigo del Gimnasio Stadium local, se llevó el derbi comarcal ante Yari Pastoriza del Tae Box de Cerceda. foto boxeodemedianoche
Cuando Eloy Figueira sube al cuadrilátero, independientemente de quien sea su contrincante, la competitividad está servida. Ayer, surgido del rincón de enfrente, Jonathan Naya del Tae Box Cerceda, se estaba adueñando del ring manteniendo la distancia con su superior envergadura hasta el último minuto del primer asalto. A partir de ese momento fue cuando se encendió el púgil del Ludus Box, y no se apagó hasta el final de la contienda. El acoso y la competitividad del pupilo del triunvirato Vilariño-Castelo-Bestilleiro ( animado por numerosos seguidores que se desplazaron desde el barrio herculino de Las Flores ), acabó por pegar la espalda de su rival contra las cuerdas y acaparar puntos merced a su continuo impacto de golpes. Su rival de ayer, Jonathan, intentó irle a la zaga y no perderle la cara, pero la llama de El Bengala le quemó los puntos. Triunfo por unanimidad para el herculino.
En el semifondo el ascendente boxeador local Adrián Suárez sumó una victoria más a su palmares bien dirigido, desde la esquina, por sus mentores del gimnasio Stadium. Su rival del Club Pabellón Coruña Roberto Rivas no le perdió la cara en ningún momento, pero no le fue suficiente ante la mejor técnica y preclaros golpes del carismático púgil de Arteixo. Victoria por unanimidad para el pupilo del equipo Suso-Nacho.
Y llegó el estelar tan esperado. Debo confesar que me sorprendió la emoción que embargaba a Marta Brañas en su subida al cuadrilátero. Generalmente tranquila y fría, La Potrilla fue ayer un manojo de nervios y emociones que no le permitieron asentarse en el ring con el aplomo y la potencia que la caracterizan. Aunque es de agradecer que así fuese ( por una parte y en bien del espectáculo ), porque de lo contrario el combate sería un visto y no visto. Las indicaciones de su esquina a medida que pasaban los asaltos, fueron despejando la emoción que llegaba al cerebro de la de Arteixo impidiéndole pensar, y a partir de ahí el frío cálculo esperando al fallo, la potencia, la agresividad y el ansia de victoria que siempre acompañan a la militar boxeadora, surtieron el efecto deseado y la colombiana Katherine Quintana pagó las consecuencias, ko técnico en el quinto asalto. Aunque bien pudo haberse producido en el segundo, la colombiana rehuyó el combate después de una izquierda al rostro aludiendo falta de visión por su enmarañado cabello, o en el cuarto, en el que se le aplicó una cuenta por impacto estando en pie la colombiana. De cualquier forma, victoria inapelable.
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