El arte de la lucha forma parte indisoluble de la humanidad desde su propia génesis. La litografía conserva grabados sumerios, cretenses o griegos, y son innumerables los mosaicos romanos cuyo tema se relaciona con los luduspugilatus.
Mucho más reciente, con la aparición del daguerrotipo y la posterior modernización de la fotografía, así como la incursión del cine, el Boxeo adquirió un importante papel de protagonista. Baste como ejemplo decir, que en todos los rincones del planeta son reconocibles los rostros de Clay, Marciano o Tyson, o que los cines de gran número de países han emitido películas como Más dura será la caída, Million dollar baby o la saga sobre Rocky Balboa.
La página boxeodemedianoche.com ha tenido el privilegio de contar en gran parte de sus crónicas con las ilustraciones de dos de los grandes fotógrafos gallegos. El blog aporta la singularidad de dedicarse, exclusivamente, al boxeo gallego y, salvo las puntuales excepciones de reseñas biográficas o artículos de opinión, las ilustraciones corresponden a momentos protagonizados por boxeadores gallegos captados por las cámaras de ambos fotógrafos.
Quiero aprovechar estos tiempos del virus, carentes de actividad boxística, para rendir agradecimiento y simpatía a dos expertos cazadores de instantes para el recuerdoque han cedido sus fotografías, de manera altruista, a una publicación de categoría amateur y sin ningún interés crematísticocomo resulta ser esta página.
Se trata de dos apasionados de las cámaras, que han creado la iconografía del boxeo herculino de los últimos años. Sus respectivos flases han iluminado los momentos estelares acaecidos sobre los cuadriláteros coruñeses, y la flor y nata del boxeo local ha quedado reflejada en sus archivos fotográficos.
Ambos artistas del enfoque, han sabido recopilar esos instantes épicos, duros, triunfales o dramáticos, que la gran mayoría de boxeadores guardan en sus álbumes para el recuerdo.
Uno de esos colaboradores es un profesional de la Informática y apasionado del arte fotográfico, al que sus colegas de gimnasio le distinguen con el alias de «Vigo», llamado Francisco Parreño y al que se conoce, también, por Paquito Drinkalot.
El otro personaje, que mueve hacia él mi humilde homenaje de reconocimiento, es el popular, y curiosamente también Informático de Gestión de Software, Juan del Río. Practicante de los deportes de contacto y entusiasta de la música, cuenta por decenas de miles sus disparos fotográficos.