Un asturiano de Figueras, criado en Ribadeo, educado deportivamente en Santiago por José Antelo, con una incursión temporal en la boxística Ciudad Condal, y asentado en Coruña a la espera de su alternativa profesional. Esa sería la sinopsis boxística que se puede extraer de lo que Olmo de Paz Dorado contó a Díaz Rolle, redactor de la delegación de La Voz de Galicia en Viveiro, en una entrevista publicada en las páginas locales de la edición para la mariña lucense. Los que le conocéis, y queráis leer la entrevista completa, podéis hacerlo a través de la Edición de A Mariña.
Él mismo reconoce que «es prácticamente imposible» vivir del boxeo en España, pero aspira a tomar la alternativa sin camiseta, siempre y cuando la pandemia que asola los cimientos de la humanidad, lo permita. Y, aunque pone todo de su parte para alcanzar el eufemístico profesionalismo, también se prepara concienzudamente, en lograr la titulación como Técnico en Animación Física y Actividades Deportivas, pues no solo con guantes vive el boxeador.
Ya lleva más de media docena de sus primaveras compitiendo a nivel aficionado y su voluntad le mueve hacia nuevos retos que antaño parecían inalcanzables. Yo mismo he seguido sus prometedores comienzos bajo la tutela pugilística del prestigioso José Antelo; supe de su emigración catalana y continúo poniendo interés por su carrera deportiva.
Por ello, la entrevista que el joven boxeador concedió a La Voz me ha valido para conocer, al margen de los datos deportivos de media centena de combates con tan solo 8 derrotas, aspectos humanos y sociales de un boxeador que «lo más que hacía era ver las peleas de Pacquiao cuando las echaban en la tele. Me gustaban» y que confiesa que el boxeo le produce calma, «de niño era algo follonero, me metía en algún lío. Este deporte me ha ayudado a canalizar la agresividad, soy mucho más tranquilo. Me paso el día dando golpes, entrenando; lo último que quiero cuando voy por ahí son problemas con nadie».
El joven asturiano hace gala de su filosofía al explicar al redactor de La Voz, que «ponerse objetivos es limitarse. Voy pelea a pelea». En la actualidad se haya instalado dentro de una división, la de – 69 kilos, considerada como la reina dentro del boxeo gallego. La extensa nómina de excelentes boxeadores así lo acredita. El propio Olmo de Paz da a conocer al periodista, los nombres de ilustres de su mismo peso, como Aram Cruz, Charly López, Aarón González, Martín Garrote o Goyo Rubio.
Es posible que en pocas semanas la pandemia le permita competir, a puerta cerrada, con el púgil olívico Aram Cruz, todo un hueso dentro de su peso, y encuadradosdentro de la categoría neoprofesional. Eso esperamos todos, que el boxeo vuelva a resurgir y que el temido virus sea controlado. Cuidaros todos, y ánimo.