Para algunos campeones mundiales como James Braddock o James Douglas, la prensa de la época inventó el apelativo de campeones cenicientas por haber conseguido el título contra todo pronóstico. Nada más lejos de la manida versión cuentista, tanto Jimmy como Buster, vencieron con todo merecimiento a Baer y Tyson, y fueron auténticos campeones.
Otro tanto puede suceder esta noche en el combate por el título universal del boxeo mundial entre la irlandesa Katie Taylor y la española Miriam Gutiérrez. La tarea de la boxeadora madrileña se antoja ardua y peliaguda. Pero en el caso de que la Reinaalcance el triunfo, me importará un comino que los medios la distingan como la campeona cenicienta del boxeo femenino. Habrá ganado, y por lo tanto, será justa y grande Campeona.
Reitero que el objetivo se antoja distante, pero a Mirian Gutiérrez, ese objetivo no se lo ha puesto el ayuntamiento, se lo ha ganado por los méritos propios que le acreditan como Campeona de Europa y como invicta primera clasificada en el escalafón de la WBA.
Todos conocemos y respetamos el nivel boxístico de la irlandesa. Pero el boxeo es un deporte individual donde sólo los puños de cada competidora pueden decidir la lid. Y los puños de Miriam Gutiérrez Parra, caminan casi a la par de los de la británica, ya que han mantenido su imbatibilidad en 13 justas boxísticas, de las que 5 han terminado con la oponente en tierra, lo que deja entrever la potencia en los estribos de sus guantes.
Además, y como la esperanza es lo último que se debe perder, vamos a confiar en que esta noche, los puños con explosiva hambre de gloria y manejados por la tenacidad de laespañola, alcancen la anatomía de la irlandesa para que, la Reina surgida de Torrejón de Ardoz, pueda cumplir el sueño de reinar en la división de todas las boxeadoras del peso ligero mundial.