Durante la época de oro del boxeo español – se extendió desde mediados de los 60 hasta el final de los 70 del siglo pasado – muchos primera serie podían vivir holgadamente del boxeo, aunque, una vez abandonada la competición, debían ingresar en el circuito laboral para continuar labrándose el porvenir. Los segunda y tercera ya tenían que buscarse padrino, y trabajarlo mucho, si querían boxear sin depender de un trabajo alternativo.
Pero a mayores, se encontraban las estrellas boxísticas que aglutinaron millonarias fortunas durante su exitosa carrera profesional. Valga como ejemplo el comentario hecho por el legendario Luis Folledo Carmona a José Antonio Loren en la revista Don Balón: «No se cuanto llegué a tener a la vez. Me compré un chalet, un piso de cuatro millones, un coche hoy, otro mañana. Las mejores bolsas fueron un millón trescientas mil ante Benvenuti y ochocientas mil frente a Durán». Este testimonio del ídolo español data del final de los 60, cuando el valor de un piso medio rondaba las doscientas cincuenta mil pesetas, así que hagan el cálculo.
Otras fecundas estrellas fueron José Legra, Pedro Carrasco, José Urtaín, José Duran, Perico Fernández, Miguel Velázquez. Además, hubo muchos notables boxeadores que no fueron tan cotizados, pero lograron buenas bolsas que les permitieron alcanzar un alto estatus, y en bastantes casos ahorrar, durante los años que compitieron a nivel nacional, europeo, e incluso, mundial.
Hoy, es muy difícil cocinarse las habichuelas dentro del boxeo patrio sin que exista una actividad laboral o empresarial que permita compaginar con la práctica del noble arte. Sobran los dedos de una mano para enumerar los profesionales españoles que, en la actualidad, mantienen el privilegio de vivir del deporte de los guantes.
Y Galicia es fiel reflejo de lo que acontece por otros lares. Hace muchos años que no recuerdo a ningún boxeador gallego que viviera exclusivamente del boxeo. Por si fuera poco, la llegada de los tiempos pandémicos ha empeorado el panorama boxístico profesional.
En los últimos años solo han tomado la alternativa profesional Adrián Miraz, La Sombra Martínez, Lorea Murgoitio, Charly López, Kike García y Alex Barros. Este último, junto con el más boxeador gallego más prolífico en combates del último lustro Iago Barros, y el actual campeón nacional José Martínez, fueron los únicos púgiles que disputaron combates durante el recién finalizado año 2021.
Atrás quedan Moncho Miras y Avelino Vázquez que no suben al cuadrilátero desde principios de 2019. Esta ausencia de boxeo de pago sobre las lonas gallegas parece haber puesto en marcha el auge de la denominada categoría Neo-profesional, pues es sintomática la proliferación de este tipo de combates en los actuales eventos boxísticos.
La gran mayoría de los organizadores gallegos han incluido en los últimos espectáculos de los guantes, a destacados boxeadores como David «El Leñador» Álvarez del The Kick & Box Salceda, Dani Moukoko de la Escuela de Boxeo Azteca Box, el discípulo de Jairo Rodríguez Martín «Garrote» Blanco, el púgil del Club de Lucha Goyo «Rubio», el flamante instructor del Club del Mar Olmo «Rocky» de Paz, el ya retirado estandarte del Gimnasio Olimpos «Nono» Jiménez, el resurgido Fonsi Quintas de la Escuela Pretorian, Aarón González, y algunos otros que han experimentado la disputa de algún combate sin la camiseta olímpica.