ANDRÉS DOMÍNGUEZ CAMPEÓN DE GALICIA PROMESAS 2022: «EL BOXEO ME APASIONA. EMPECÉ PRACTICANDO CONTACTO DE CHAVAL, PERO SIEMPRE ME ATRAJO EL BOXEO»

Andrés Domínguez, ( Los Mallos – A Coruña, 1995 ), siente a los guantes como su más grande afición deportiva, «el boxeo, me apasiona». Siempre le gustaron los deportes de contacto, de hecho, «empecé practicando kick-boxing de chavalín, pero siempre me llamó la atención el boxeo», aunque, según él mismo confiesa, «también me gusta salir a correr y pasear por la montaña».

Su relacción con el noble arte no adquirió aires de seriedad hasta su compromiso, en 2019, «pocos meses antes del confinamiento por covid, así que debido a eso tuve como todos un buen parón». Los tiempos del covid sometieron al boxeo a un expediente de regulación de entrenamientos y suspensión de combates, y al bravo boxeador herculino también le afectó el paro deportivo, «hasta que lo pude retomar con continuidad en abril de 2021 y así poder hacer mi primera pelea en octubre de ese mismo año».

Además de su vocación hacía el boxeo, también le guarda un especial agradecimiento «porque me ayudó a salir de una etapa en mi vida en la que me sentía muy agobiado, y por eso le debo mucho, y desde siempre lo tuve como asignatura pendiente, por eso decidí empezar».

Y lo hizo desde el Club Brabox 76, ubicado en el Pabellón de la Ciudad Deportiva de Riazor. «Tanto las siglas como el número 76 hacen referencia al fundador del club, mi entrenador Pablo Brañas. El número simplemente es su año de nacimiento y «BraBox» es un acrónimo de su apellido «Brañas» y la palabra «Boxeo». Yo lo definiría como un club de todos y para todos», me aclara Andrés Domínguez sobre el centro en el que entrena bajo las batutas de «mis entrenadores Pablo Brañas, Luis Tomé y Robin».

El aguerrido boxeador del Barrio de Los Mallos, trabaja como gestor administrativo en el estudio de tatuajes, Bubba Tattoo de Ronda de Outeiro 206, «en el que también desempeño el cargo de aprendiz de tatuador desde hace relativamente poco».

Ubicado dentro de la cualitativa y cuantitativa disvisión del peso pluma, en la que proliferan boxeadores de la talla de Linayo, Jackson, Martínez, Míguez, Hernández, etcétera, el pupilo del Brabox 76, también tienes metas y sueños por cumplir. «La verdad es que si. Por ahora lo importante es aprender y seguir rodándome en las peleas para así poder adquirir mayor experiencia y mejorar, hasta el momento he conseguido ganar el campeonato gallego de promesas en 2022 y ahora mismo mi plan es moverme en ese ámbito y que el tiempo nos diga por donde tenemos que seguir, pero yo creo que vamos por el buen camino», comenta.

Sobre lo que opina su entorno más cercano hacia su dedicación al combate, declara que: «Me apoyan todos mucho y es algo de agradecer, mis amigos, mi familia, mis compañeros del gimnasio. Son todos geniales».

Siempre que deja a su espalda las puertas del gimnasio «intenta compaginar el boxeo lo máximo que puedo con mi trabajo«, porque es un deporte muy exigente. «Cuando no trabajo ni entreno intento siempre descansar o hacer cosas que me relajen. Aunque el descanso también es una asignatura que tengo pendiente según mis entrenadores, porque siempre intento encontrar un hueco para hacer algo, por poco que sea».

Para finalizar el cambio de impresiones, le pregunto a cual de sus oponentes considera como el más técnico y el más pegador, a lo que apostilla considerando que: «el más técnico es Pablo Linayo, del Club de Lucha Noia, y el más pegador Anxo Martínez, del Gimnasio Simón de Vigo».

Domínguez concentrado ante las indicaciones de su entrenador Brañas. boxeodemedianoche.com

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